sábado, 15 de marzo de 2008

La escacez global de alimentos.

Video de ''El futuro de la comida''.

¿De qué sirve a un país nadar en euros si sus ciudadanos no tienen acceso a carne, leche, huevos, frutas, verduras y otros alimentos? De nada. Es el síndrome del Rey Midas: infinita riqueza pero sin posibilidades de alimentarse.

Imposible dirían algunos pues con suficientes ingresos todos los alimentos se pueden comprar, así sea importándolos desde otros países.

Sin embargo, los mercados mundiales de alimentos se han trastornado y empieza a gestarse cierta escasez de éstos a nivel mundial.

En efecto, los precios internacionales de muchos productos agropecuarios se han incrementado significativamente (leche, carne, maíz, arroz, trigo, soya, aceite, cacao, etc.) y, lo que antes parecía una lejana posibilidad para muchos países, hoy se erige como una peligrosa realidad en algunos de ellos: inflación de alimentos, alimentos prohibitivamente caros ó, incluso, estantes desabastecidos. Cinco razones explican todo esto.

Primero, el fuerte incremento en el precio del petróleo ha generado un incremento similar en filetes y en el precio de todos los insumos agrícolas derivados del petróleo (fertilizantes nitrogenados, empaques plásticos, invernaderos, mangueras para riego, etc.)(téngase en cuenta que por ejemplo para producir un kilo de trigo se necesitan medio kilo de petróleo). Esto ha generado un fuerte aumento en los costos de producción y transporte de los alimentos.

Segundo, la escasez de depósitos de fósforo y potasio a nivel mundial y sus altos costos de extracción están produciendo incrementos sistemáticos en el precio de fertilizantes cuyas fuentes no provienen del petróleo sino de estos minerales. Esto está generando presiones adicionales en el costo de la producción agropecuaria.

Tercero, las alteraciones climáticas han reducido significativamente la oferta de alimentos a nivel mundial. La fuerte sequía en Australia durante los últimos 18 meses redujo su producción agropecuaria en 28.5%. La sequía prolongada que azotó al Norte de África durante 2007 redujo la producción de trigo de la región en 28%. El calor extremo en Europa Suroriental generó una contracción en la producción de trigo de Bulgaria y Rumania de 35% y 45%, respectivamente.

En Asia y África Oriental las lluvias torrenciales destruyeron una gran cantidad de cultivos de arroz y maíz. Diversas organizaciones internacionales dedicadas a investigar las condiciones climáticas mundiales pronostican alteraciones similares a futuro.

Cuarto, la mayor demanda por alimentos en países como China e India está presionando dramáticamente los mercados internacionales de productos agropecuarios. Estos y otros países no sólo vienen aumentando de manera significativa sus niveles poblacionales sino también sus niveles de ingreso. Por lo tanto, se han convertido en poderosas aspiradoras de gran parte de la comida que produce el mundo.

Quinto, el incremento en la producción mundial de biocombustibles ha generado una enorme demanda sobre varios productos agrícolas. El maíz (utilizado para producir etanol en Estados Unidos) y los aceites vegetales (provenientes de oleaginosas como soya, canola y girasol y utilizados para producir biodiesel en Europa y otros países) han subido fuertemente de precio.

Esto ha generado, además, un duro incremento en el precio de los alimentos balanceados para animales (todos a base de maíz), lo cual, a su vez, encarece la producción de proteína animal (leche, carne de res, pollo, cerdo, etc.). Simultáneamente se encarecen otros productos como el trigo, el arroz y el algodón que tienen que competir contra el maíz y las oleaginosas por la tierra escasa en los países desarrollados.

Video ''El petróleo y los alimentos''

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