La idea de la multipolaridad, que quita el sueño a Washington, va creciendo y parece una solución sensata para los problemas de la globalidad, que sin duda, la superpotencia ya no puede controlar.
Un mundo multipolar -opinan quienes apoyan esta idea, permitiría un mayor control de la paz mundial y mantener una economía global más equilibrada.
Por la experiencia de esta primera década del siglo 21, está visto que la unipolaridad con una sola hiperpotencia en el liderato, será siempre conflictiva si persiste un liderato errático y mediocre que aplica soluciones por la fuerza y no parece desarrollar otras opciones. Nadie, ni los cercanos aliados de la superpotencia, quieren una dictadura global.
Como ha sentenciado el propio Bush, todo el mundo quiere libertad y democracia. La unipolaridad será siempre conflictiva si el presidente que controla la hiperpotencia no tiene una comprensión global de un mundo tan diverso en ideas, economía, religión y asuntos ecológicos, como ocurre con el presidente Bush, cuyas limitaciones han sido satirizadas por la misma prensa, por la academia y otras dinámicas fuentes del pensamiento norteamericano. En algo existe consenso global: Nadie quiere que el siglo 21, sea el siglo orwelliano.
Paradójicamente, los expertos atribuyen esta idea original de la multipolaridad al primer ministro británico Tony Blair, cuando era un líder europeo en emergencia, a principios del siglo 21. Pero bastó una visita al rancho Crawford de Texas, para que Blair se convirtiera en el dócil perrito faldero de Bush, como lo tipificó algún irreverente tabloide londinense.
A pesar de todo, de alguna forma por los propios errores de Washington, ya la multipolaridad está funcionando en muchos aspectos esenciales.
Desde luego, está el fortalecimiento de la Unión Europea -ya el Euro desplazó al dólar como moneda más fuerte-; o el impresionante crecimiento de China Popular con su insólita economía mixta (potencia comunista que adoptó el capitalismo, que se está alimentando de modelos norteamericanos, como IBM o Walmart).
Abundan otras situaciones de nuevos polos de poder. Uno es el salto de la India a la condición de potencia nuclear con gran desarrollo en nuevas tecnologías.
Entretanto, Washington confía en los buenos auspicios de China para mitigar la agresividad nuclear de Norcorea.
Este año hubo una reunión en Caracas, ejemplo típico de cómo funciona la multipolaridad; Los presidentes de España, Colombia y Brasil, cuya importancia como potencia ha sido subrayada con la visita prioritaria de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, lograron varios acuerdos orientados a resolver problemas pacíficamente, especialmente en la extensa frontera colombo-venezolana, la reafirmación del pacto de Shanghai en forma del ''Club de Shanghai''...
Brasil encabeza el grupo de Sudamérica, que incluye a la comunidad Andina, Chile y Argentina. Cuando estas naciones puedan actuar cohesionadas, como bloque, habrán construido otro polo de poder en la globalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario