martes, 4 de diciembre de 2007

Curiosidades: Las Catacumbas

Las catacumbas.

Las catacumbas son unas galerías subterráneas que algunas civilizaciones mediterráneas antiguas construyeron y utilizaron como lugar de enterramiento. Las más conocidas y las mejor estudiadas son las catacumbas de la ciudad de Roma.

Desde un punto de vista etimológico, el origen de la palabra catacumba es incierto. Algunas fuentes creen que viene del griego κατα (debajo), y τυμβoσ (túmulo); o también de κατα (debajo) y κυμβη (excavación)

También se llamó a las catacumbas Roma subterránea. Estos subterráneos fueron lugar de culto, además de enterramiento y en época de persecuciones, lugar de protección y escondite, ya que estaban protegidos por una ley que prohibía la entrada a los perseguidores. Era como un derecho de asilo, pues el derecho romano tenía por sagrada e inviolable cualquier sepultura, con independencia del credo religioso del fallecido. Se supone que las catacumbas como enterramiento fueron construidas antes de la muerte de San Pedro.

Los romanos prohibieron a los cristianos los lugares comunes de enterramiento, y por esta razón los cristianos enterraron a sus muertos en las tumbas utilizadas por los pobres, las catacumbas, es decir, galerías subterráneas excavadas bajo superficies que podían ser habitadas.

La sepultura de los primeros cristianos era muy sencilla y pobre. Siguiendo el ejemplo de la de Cristo, se envolvían los cadáveres en una sábana o lienzo, sin ataúd. Los lóculos se cerraban después con lápidas de mármol o, en la mayor parte de los casos, con piezas de barro cocido y se fijaban con argamasa. Sobre la tapa se grababa a veces el nombre del difunto, con un símbolo cristiano o el deseo de paz en el cielo. Con frecuencia se ponían junto a las tumbas lámparas de aceite o redomas con perfumes.

Las catacumbas ya existían en la Roma clásica pero a partir del siglo II d. de N.E. se puede hablar de catacumbas cristianas. Las tumbas de los cristianos se decoraban con imágenes religiosas del Antiguo Testamento. Una de ellas fue la del “buen pastor”, que representa a un joven Jesús, sin barba y con cabello corto, que guía a una oveja perdida hasta su paraíso.

Las catacumbas eran tarea exclusiva de una asociación especializada de trabajadores llamados "fossores" (excavadores). Excavaban una galería tras otra a la débil luz de sus lámparas y para llevar la tierra a la superficie se servían de cestos o sacos que hacían pasar a través de los lucernarios, que se habían abierto en la bóveda del techo de las criptas, de los cubículos o a lo largo de las galerías. Los lucernarios eran grandes pozos que llegaban hasta la superficie. Cuando concluía el trabajo de excavación, los lucernarios quedaban abiertos al aire y la luz como conductos de ventilación e iluminación.

El origen de las catacumbas son los arenarios que habían perforado los romanos en el subsuelo de la ciudad para extraer arenas y materiales de construcción. Cuando se agotaban o se abandonaban estas canteras, los cristianos las aprovechaban como cementerios añadiéndoles nuevos túneles. Sin embargo esta teoría ha ido siendo abandonada al hacer nuevas investigaciones.

Por su colocación en filas superpuestas, las tumbas daban la idea de un gran dormitorio, llamado cementerio, término de origen griego que significa "lugar de descanso". De este modo, los cristianos querían afirmar su fe en la resurrección de los cuerpos. Además de los lóculos, había otras clases de tumbas: el arcosolio, el sarcófago, la forma, el cubículo y la cripta.

El arcosolio, una tumba típica de los siglos tercero y cuarto, es un nicho mucho más grande con un arco encima. La lápida de mármol se ponía horizontalmente. Generalmente el arcosolio servía de tumba a toda una familia.

El sarcófago es un sepulcro de piedra o de mármol, ordinariamente adornado con esculturas en relieve o con inscripciones.

La forma es una tumba excavada en el suelo de las criptas, de los cubículos o de las galerías. Numerosas formas se encuentran junto a las tumbas de los mártires.

Los cubículos (el término significa "cuartos de dormir") eran pequeñas piezas, verdaderas tumbas de familia, con capacidad para varios lóculos. El uso de una tumba de familia no era un privilegio reservado a los ricos. Los cubículos y los arcosolios estaban con frecuencia decorados con frescos que tomaban escenas bíblicas y reproducían los temas del Bautismo, la Eucaristía y la Resurrección, simbolizada con el ciclo de Jonás.

La cripta es una pieza más grande. En tiempos del papa San Dámaso, muchas tumbas de mártires se transformaron en criptas, es decir, en pequeñas iglesias subterráneas, embellecidas con pinturas, mosaicos y otros tipos de decoración.

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