domingo, 2 de diciembre de 2007

La nueva frontera del gas

Desde hace un tiempo se viene intensificando la preocupación por establecer un diálogo energético global, con el fin de definir enfoques afines respecto a la formación de un modelo energético mundial, dado que es muy difícil estimar por cuanto tiempo se podrá obtener petróleo y gas natural, dado que un cálculo al respecto depende de muchas variables desconocidas. Lo cierto es que en Asia se vienen acelerando importantes acuerdos en el tablero de ajedrez del negocio del gas.

Asia -especialmente India y China- se viene presentando como las nueva frontera para el gas.

El geopolítico y economista Frederick W. Engdahl, luego de haber enunciado el “fin de la era del dólar”, en un reciente artículo realiza un extenso análisis referido al “surgimiento del gigante ruso” (25/10/06). Hay que tener en cuenta que desde que China y Rusia firmaron el “Tratado de Buena Vecindad de Amistad y Cooperación”, en julio de 2001, las relaciones comerciales entre los dos países ha presentado un rápido desarrollo que en cifras ha significado un aumento de las exportaciones de China a Rusia a 2830 millones de dólares (38,2 % más anualmente) y en sentido contrario China importó de Rusia 7.010 millones de dólares (11,5% de aumento). China es el sexto mayor socio comercial de Rusia y ésta es el octavo mayor socio comercial de la primera. Tal situación se debe al incremento continuo de las economías de ambos países, a sus vecindad geográfica (el “heartland mundial” que señaló el inglés H. Mackinder el 25 de enero de 1904; y a la necesidad mutua que ambos países tienen de recursos, mercados, alta tecnología e inversión mutua. La energía es la capacidad para realizar diversidad de trabajos; la energía es economía; por tanto, energía es la capacidad por sobrevivir.

El diario londinense Telegraph (19/11/2006) , por la pluma de Richard Spencer, expuso la situación actual: “La insaciable demanda de energía de China está provocando el miedo de próximas colisiones financieras y diplomáticas en todo el mundo, mientras busca suministros fiables de energía (petróleo y gas) tan cerca como en Rusia y tan lejos como en Brasil o Sudán”.

UCRANIA: CENTRO DEL VOLCÁN GASÍFERO EUROPEO

La “revolución naranja” que otorgó a Ucrania su liberalización democrática el 24 de agosto de 2004, cambió el mapa de la región en Oriente Medio, presentándose como frontera geopolítica entre Europa y Rusia. La clave está en las redes de gasoductos.

Ucrania puede desarrollarse sin Rusia, pero Rusia no puede prescindir geopolíticamente de Ucrania. El Kremlin tiene conciencia que el no contar con Ucrania en su esfera de influencia, sólo será una potencia asiática, en vez de asiática y europea.

El espacio post-soviético -Azerbaiyán, Armenia, Georgia, Mldavia, Ucrania- es de gran importancia para el Kremlin. La canciller alemana Angela Merkel, considera que ambas regiones se necesitan mutuamente. Sin embargo la historia política no lo acredita así.

Comenta Augusto Zamora que “en 1918 y luego en 1941 Alemania , tanto la del Kaiser como de la de Hitler, intentaron “incrustar” en el costado más sensible de Moscú un país hostil (Ucrania) “. Tras la desaparición de la URSS, (1991) los Estados Unidos comenzaron a concretar su estrategia por acercarse a Kiev, a quien considera como punta de lanza para controlar a las repúblicas ex – soviéticas al poder provocar un inevitable “efecto dominó”. En tanto la Unión Europea manifestaba su deseo de incluir a Ucrania en la OTAN, situación que llevó a Moscú a presentar una fuerte oposición a la “revolución naranja” que preparaba la “otanización” de Ucrania, aunque al respecto Bruselas aun no dio el visto bueno.

Ucrania es un enclave energético muy importante para los países europeos y el resto del mundo occidental. Las raíces del verdadero conflicto que ha llevado a un crudo enfrentamiento entre Putin y Bush se encuentra en las rutas de oleoductos para el petróleo del mar Caspio hacia el mar Negro y sus puertos de vital importancia. La capacidad de la red de gasoductos ucranianos es de 287.700 millones de metros cúbicos, por la cual casi el 80% del gas natural ruso con destino a Europa para por dicha red y el resto cruza territorio bielorruso.

LA ESTRATEGIA “DIRECCIÓN ESTE” .

Recapitulando el análisis de los temas tratados en la Cumbre G-8 de San Petersburgo , surge el hecho que la política energética rusa se halla asegurada en el acuerdo que firmara con China en la denominada “Estrategia Este”, que incluye proyectos de infraestructura, suministros de equipos energéticos, desarrollo de los mercados internos respectivos.

La nueva Rusia de Putin, mediante el redireccionamiento del gas natural del su gigante yacimiento Shtokman en el mar de Barents, acordado con Alemania, evitando el paso por Polonia, Letonia y Lituania. comienza a recuperar liderazgo, revisando además las rutas geográficas de exportación de petróleo y gas desde sus fuentes en Rusia hacia China, Japón y el este asiático, a través del proyectado gasoducto que conectará el Este de Siberia con el océano Pacífico. (calculado su costo en 11.500 millones de dólares)

En este aspecto, es juicio generalizado de los analistas europeos que en esta estrategia se encuentra el corazón de la nueva geopolítica de Putin y por tanto, el foco de conflicto con las compañías petroleras anglo-sajonas occidentales petroleras, que habían sido beneficiadas por la administración Yeltsin. Expropió Shell y está en vías Exxon. Obligó a vender a Mijail Jodovoski su gran empresa Sukos y a Román Abramovich la Sibneft.

Con el fuerte crecimiento del consorcio energético ruso GAZPROM, - la primera exportadora de gas natural del planeta- esta compañía estatal monopoliza la exportación del gas de Rusia que en la actualidad se sitúa en 9.600 millones de toneladas de gas licuado hacia países asiáticos y Estados Unidos, contratos firmados hasta el 2020.

Para el citado Frederick W. Engdahl, los movimientos ofensivos de la actual administración estadounidense contra Rusia y China; la guerra contra Afganistán; lista de los países del terror; el latrocinio en Irak; la amenaza a Irán y Siria; podrían concretar la pesadilla que hace 100 años atrás temía el geopolítico inglés Mackinder.

GASODUCTO: IRAN-PAKISTÁN-INDIA.

GAZPROM, a favor de su filial GAZEXPORT, está dispuesta a financiar y construir un nuevo gasoducto para enviar gas natural desde Irán hacia Pakistán e India, proyecto que fuera propuesto por Teherán en 1996. por este medio, India y Pakistán podrán recibir anualmente 35.000 millones de metros cúbicos de gas y en el 2015 alcanzar los 70.000 millones.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, Rooselvelt/Churchill – Stalin se repartieron en la conferencia de Yalta, zonas de influencia del esquema mundial que dejó la post-guerra. La posterior inestabilidad de las ambiciones de las dos grandes potencias, llevó a la “guerra fría” que finalizó en 1999.

Este acuerdo ruso-iraní, conduce a la repartición el mercado euro-asiático entre los dos principales productores mundiales de gas natural. Una nueva Yalta. Rsia será el proveedor del norte europeo e Irán venderá su gas a India y Pakistán. Tanto en el contexto geoeconómico como geopolítico, estos acuerdos de Rusia con China e Irán, concretan la doctrina nacional rusa elaborada por Putin en el 2003: “los sectores petrolero y del gas son los instrumentos de nuestra política interna y externa”.

Noticias relacionadas.

Club de Shanghai, camino a la multipolaridad...

La idea de la multipolaridad


No hay comentarios: