El año 1626 Pieter Minuit compró Manhattan a los indios lenape intercambiando objetos por valor de sesenta guilders, veinticuatro dólares al cambio de la época. Estos objetos consistieron en piezas de ropa, ollas, herramientas diversas e incluso arpas de boca.
Manhattan es el nombre de una isla en el Río Hudson y también de una de los cinco boroughs (o distritos metropolitanos) que forman la ciudad de Nueva York.
El nombre de “Manhattan” viene de los idiomas de los habitantes primitivos del área. La historia presenta una interpretación popular que enfatiza la forma como esta isla fue comprada por colonos holandeses a los nativos por 24 dólares en 1624 y el establecimiento de unas 30 familias holandesas dos años después, cuando fundaron la ciudad de Niew Amsterdam donde ahora se encuentra el downtown. Esta ciudad se convirtió en la capital del territorio de
Los ingleses cambiaron el nombre de la ciudad por el de New York, bautizado así en honor del Duque de York, quien luego sería el Rey católico Jaime II de Inglaterra. El condado de Nueva York es uno de los doce condados originales del Estado de Nueva York, creados en 1683. En el momento de su creación, tenía la misma extensión que la ciudad de Nueva York y ocupaba toda la isla de Manhattan, la misma área que ocupa hoy día. En 1873, la parte occidental del actual condado del Bronx fue transferida al condado de Nueva York, desde el condado de Westchester y en 1895, la parte restante del Bronx también fue transferido al condado. En 1914, aquellas partes constituyeron el nuevo condado del Bronx.
El crecimiento de la población fue relativamente lento hasta llegar a la primera mitad del siglo XIX, cuando se fue difundiendo y desarrollando las nuevas actividades industriales (la propia Revolución industrial) y el comercio consiguiente, cuando ya existían los Estados Unidos como país independiente (desde fines del siglo XVIII). La expansión del núcleo original de Nueva York (downtown Manhattan) afectó a toda la isla y el desarrollo de los ferrocarriles a partir de mediados del siglo XIX (que servían para abastecer a las ciudades de todo tipo de productos) fue en gran parte responsable de que fuera una de las primeras ciudades del mundo en alcanzar los cuatro millones de habitantes. Por ello es que O. Henry escribió una obra, una colección de cuentos breves, que tituló Los cuatro millones y que hacía referencia al número de habitantes de Nueva York a comienzos del siglo XX y al hecho de que eran cuatro millones de historias que contar.
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